radiografía de una sociedad que confía demasiado en los valores de una educación ineficiente
iba
en un microbús
sentado en un asiento roto
que escupía el
relleno y que no acababa
de moldearse a mi culo,
y se subió una señora
con dos niños, se
sentaron a mi lado,
y el niño más grande
que llevaba un
refresco de manzana que
inundaba todo
con olor a manzana de plástico
le
dice a su mamá con voz de silbato:
"mamá
¿cuánto crees que voy
a sacar en el examen, ocho, nueve
o diez?"
y su mamá le responde:
"tienes que sacar
DIEZ"
y el niño le dice, bribón: "saqué
siete punto nueve
que sube a ocho"
y la mamá se encabrona y lo ve
con mirada que duele
y me
condena porque me recuerda
que ya es regla que si no sacas
diez
es que eres pendejo y el
niño no se siente como pendejo, pero
algún día lo aprenderá a sentir,
y entiendo
que no debo sorprenderme
de que a estas alturas
todavía tenga
maestros
que se ofenden si alguien
no llega a tiempo a la clase como
dios manda
o que se sienten
poderosos
si
reprueban a alguien.
tengo un maestro
que se apellida
marín y que no le
gusta que
escriba los nombres de personas, de
países, de
partidos políticos en
minúsculas y a él
y a toda la docencia mediocre
les
dedico este
poema.
1 Maldiciones:
uy, que adecuado. Hoy me devolvieron un par de exámenes en los que me fue de la patada. Me bajaron 15 décimas en uno por escribir ocuso en lugar de ocruso pero me da la impresión que el obtuso no soy yo. El caso es que las calis, a la mierda. El chiste es saber gozar y saber cantar, porque el dinero va y viene. La vida, sólo se va.
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