Los enamorados
- Creo que yo te gusto.
- ... mmm, sí... Creo que yo te gusto.
- ... sí, sí.
- ...
- Creo que tenemos que hacer algo al respecto.
- ¿Como qué? ¿Ser novios?
- No, no, algo que no atente contra nuestra libertad.
- ¿Libertad?
- Eso. Que no nos entierre en cemento fresco. Que nos deje trepar hasta la luna.
- ¿Que nos haga inmunes al simulacro y adictos a las sonrisas gratis?
- A las sonrisas y a las piruetas y al cuerpo entero con sus defectos.
- ¿Que seamos libres como para poder ver sin celo al otro dando un beso y un abrazo?
- Libres, sueltos, al fin curados de poder.
- ¿Que seamos libres de las instituciones y cómplices del instinto? ¿Que follemos sin miedo, que nos comamos al cielo?
- Así es preguntona. Tendríamos que reinventar el deseo, acaso morir en una orgía dionisíaca.
- Por qué no, si Otto Gross la hizo terapia.
- (Y enloqueció incluso al asceta de Weber).
- Exacto. Ya lo haz dicho: será preciso enloquecer.
- ¿Y sabes tú qué pasaría después de eso?
- Te suplico me lo digas si lo sabes.
- Nos fundiríamos, engarzando lo que un día la razón separó.
2 Maldiciones:
¡Es hora de la paja!!!!!!!!111111
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