mala biografía
No Etika!: el antecedente
Para comprender a Mal Vasallo es necesario volver 3 1/2 años atrás, cuando cuatro chavalos skatos de Atizapán deciden formar una banda de ska-punk para expresar su inconformidad con el sistema. No Etika! se bautizaron y efectivamente consiguieron desenmarañar el tejido social para exponer toda la mierda moral en la que se sustentan las relaciones de poder. Los primeros años no fueron algo fácil, porque se las tuvieron que arreglar para conseguir los instrumentos y para aprender a tocar algo decente, pese a que sus letras fueran indecentes. Besos (a partir de ahora, le llamaremos Besos) le pegó a la bataca; Luis (a partir de ahora, le llamaremos Rata) decidió tocar la guitarra (actualmente sólo tiene su guitarra, su patineta y un gran corazón: es toda una rata); Bruno tocaba el bajo y Roque tocaba la guitarra principal.
Hubo un progreso a lo largo de esos años. Compusieron una buena suma de canciones, algunas tan buenas que hasta Mal Vasallo adoptó dos: Hey tú! y Remueve lo estancado. También tocaron en vivo en algunas fiestas degeneradas (entre ellas el por todos conocido Gálvez Fest) y hasta grabaron un video de corte pacifista. Incluso un día que Stza Crack andaba de viaje por el país, les cayó al cuartito donde ensayaban y se echaron unos palomazos. El ensayo fue un desastre y mejor se pusieron a inflar y a drogarse...
Bueno, la verdad es que no todo iba bien. Aunque sus habilidades musicales las desarrollaron notablemente, nunca pudieron hacer nada respecto a la puntualidad y la responsabilidad. De hecho lo que lograron hacer no fue tanto por disciplina, sino porque eran tan vagos que tiempo les sobraba. Hubo rotación en los instrumentos. Como Bruno consiguió una chamba de tiempo completo, Rata trataba de tocar el bajo pero se cansaba enseguida. También por razones laborales Roque se alejó, aunque la verdadera causa fue que tenía que ir a coger con su novia las 24 horas. Cada vez ensayaban menos. Aunque el final de la banda legendaria que nunca hizo leyenda estaba próximo, Besos y Rata prometieron seguir ensayando. Igual y hasta podrían hacer una de esas bandas neoposcontemporáneas de dos integrantes.
Liberación animal: una coincidencia nada casual
Ah, no les había dicho que Rata y Besos estudian sociología. Pues un día se organizó una práctica de campo para visitar la comunidad de Sontecomapan en la reserva de la biosfera de Los Tuxtlas, Veracrúz, y Rata que siempre se ha interesado por la situación rural decidió lanzarse. Ahí se topó con Enrique (a partir de ahora, le llamaremos Guamafune) que aunque estudia diseño gráfico, tiene un sociólogo escondido en su interior. La primera tarde mientras comían se enteraron de que ambos coincidían en su vegetarianismo. Y no sólo eso, sino que Guamafune tocaba el bajo y no conseguía formar una banda. A los dos les gusta Propagandhi. Los dos odian a los racistas. Los dos se cagan en dios ¿Qué más faltaba? Así que regresando del viaje decidieron ensayar, a ver que pedo. Fue un éxito, pese a que sólo le dieron Guama y Rata. Rata pensó que Guama con su barba de apóstol era la luz que reanimaría aquel proyecto en declive, la soya que contenía la bomba proteíca. Pero todavía faltaba más. Un par de días después, nuevamente reunidos para una expedición a Sontecomapan, apareció Edmundo, que si ya vieron las fotos de la banda, no cabe duda de que es Jesucristo. Edmundo (a partir de ahora, le llamaremos Rancio) iba proponiendo un proyecto de recuperación de la sensibilidad y demás cosas de hippies. Otro de sus planes era formar un banda, les dijo. Él cantaba, bueno, quería cantar. Ora sí estaba todo listo. Cuando se juntaron los cuatro para ensayar por primera vez parecía que ya llevaran tiempo tocando juntos, pero eso fue a finales del 2005. Cuatro vegetarianos, cuatro anarquistas, cuatro amantes de la música, cuatro mal vasallos. Cuando los juntas eso es lo que pasa.
Ora sí: Mal Vasallo
Los ensayos eran bien que mal frecuentes. Claro que siempre empezaban una hora o más tarde, porque los cuatro son unos impuntuales de mierda. Luego luego empezaron a componer. Igual que para No Etika!, los covers nunca fueron el eje central del proyecto. Luego surgió un pedo porque Rata se quedó sin guitarra, más bien sin la guitarra de su compa el Roque, que era con la que ensayaba. Decía que la de él estaba oxidada, que se le habían jodido las pastillas. Estuvieron parados por un mes porque Rata siempre encontraba una excusa para no ir a arreglar su guitarra. Siempre ha sido una rata. Entonces les cayó una tocada que Guama y unos compañeros de la UAM Azcapo organizaban como parte de un foro/protesta por la liberación animal en la cafetería de la universidad. Más bien parecía que no iban a tocar pero dos días antes Rata les habló para avisarles que ya estaba la guitarra, que sólo le habían cambiado la cuerdas y la habían octavado. El día del foro pretendían ensayar temprano pero como se fue la luz se movieron en seguida a tocar. Fue una buena tocada, se las arreglaron para que nadie notara que llevaban un mes parados. Se presentaron como Peleando a la Contra, pero luego cambiaron el nombre a Mal Vasallo.
Cayeron más tocadas, sobre todo en fiestas de sus compas. En diciembre casi se ahoga el Rancio en la playa, y por segunda vez (contando el mes de la guitarra de Rata) el futuro de la banda peligró. Pero últimamente los vientos neoliberales no han surtido efecto en ellos: en lo que va del 2006 los invitaron a tocar en el festival Vive le Rock!, en un Foro Zapatista organizado por alumnos (incluidos los Mal Vasallo) como parte de la Otra Campaña en la UAM, y en el centro cultural El Atrio. Esta tocada estuvo buena, porque por primera vez el público se animó a bailar slam, bueno no todo el público, sólo tres compas de Guama, pero algo es algo. Aunque he de decirles, nada como la tocada más reciente, un toquín múltiple con las bandas Muertos Vivos, Pisando Mierda, Avemaría Putísima y los ancestrales y solidarios Ramomex en el barrio de La Blanca, allá por Barrientos; los Mal Vasallo hicieron bailar a un centenar de skinheads y punks en algo próximo a un pandemónium. Fue una locura.
Lo chingón (para algunos), lo culero (para otros) es que en todas sus tocadas Mal Vasallo no se limita a tocar y ya. Siempre andan de activistas y ni quien los pare. Reparten trípticos, pegan datos y consignas en el escenario, leen fragmentos de autores contestatarios. También parece que tienen que tocar ya pedos. Rancio, siempre con su pulque, Rata y Guama con su cerveza y el Besos con todo eso y más.
1 Maldiciones:
¡larga vida a mal vasallo!
atte: uno de los primeros tres moshpiteros de la historia de la banda
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