Thursday, November 23, 2006

Proletarios de todos los países, quemad los libros de superación personal!



Creo que ya no debo ser tan hurón. Es decir, a veces me topo con cosas muy apetecibles, cosas que difícilmente conocería si no metiera las narices en donde no me incumbe, pero casi siempre termino dando con una mierda de las gordas. En esta ocasión estaba fisgoneando un raudal de libros viejos en un rincón de mi cocina. Ya anteriormente había encontrado buen material que hace varios años mi familia decidió jubilar y que les daba lo mismo que me los quedara a que siguieran acumulando polvo en sus cantos y lomos. Después de revolver un poco los textos, encontré el volumen uno de Historia de la sexualidad de Foucault y, excitado, creí que por ahí debían estar los otros dos tomos. Lo triste no es que jamás pude tropezar con El uso de los placeres y La inquietud de sí, sino que en mi búsqueda me embarré las manos con una de esas mierdas gordas de las que hablaba al principio. No, espera, no fue una mierda gorda, fue una caída hacia un abismo de mierda, fue sumergirme en un pringoso lago de caca, fue probar y odiar el sabor de las inmundicias.

Pensé que nunca saldría vivo de aquella, pero hice uso de todos mis conocimientos fen chui y, con la mente en blanco y acurrucado en flor de loto, me senté un rato a hojear aquella mierda de libro. Poco faltó para que vomitara sobre mi túnica, pero el aroma a sándalo del incienso ardiente me ayudó a someter mis músculos abdominales. Finalmente conseguí andar a través del tortuoso y al parecer infinito camino de las páginas, hasta pasar por el último signo de puntuación de la última hoja. Mi alma por ese entonces estaba tan encabronada con semejante agravio, que acumulé suficiente energía para hacer añicos el libro con la vista. En el piso, únicamente quedó un montecito de cenizas que desprendía una peste similar a una flatulencia. Cogí la escoba y el recogedor y oculté las evidencias. Luego comencé a investigar el paradero del autor, Eduardo Reyes Díaz-Leal, para ir a ahorcarlo. Todavía no consigo dar con él, pero aquí está su foto. Si lo conoces, por favor dime dónde encontrarlo. Le harás un favor a los campesinos asalariados, al proletariado activo e inactivo y a la naturaleza.



Bueno, creo que ya me la mamé suficiente. La verdad es que nunca he practicado feng shui ni tampoco pude acabar de leer el librito de mierda ese. No por falta de voluntad o coraje, sino porque hubiera sido una pérdida garrafal de tiempo. Bastó con hojearlo un poco para saber que se trataba de una mierda, no tenía que leerlo en su totalidad para corroborar mi primera impresión. Empero, la crítica que haré a continuación es bien válida, porque haz de saber que cualquier libro de superación personal y autoayuda sigue la misma estructura y en esencia dice las mismas patrañas. Basta con que hayas leído uno en tu vida, sino es que sólo una parte, para saber de que va el resto del lamentablemente titánico (y en constante aumento) tiraje de chatarra erróneamente conocido como “literatura” de “auto” “superación”. La forma y el contenido son equivalentes en todos los casos, aunque uno hable de un pinche roedor que se chingó el queso de su amigo y otro te explique como sentirte bien aunque seas un hijo de puta con todo el mundo. Yo un día leí 20 capítulos – es hora de subrayar que la estructuración de esas cagadas de libros es tan deficiente que se dividen en diez mil capítulos de un párrafo cada uno, y que dicen lo mismo que los próximos 50 apartados – de un libro nefasto que no recuerdo como chingados se llama pero que habla de la importancia de romper los viejos paradigmas para llegar al éxito. Fue una tarea escolar, yo no sabía antes qué carajo significaba leer un libro de autoayuda, y se los juro, me sentí tan humillado (el autor te habla con un cariño fascista como si fueras un pendejo subnormal sin autonomía y agradecido por permitirte compartir su sabiduría contigo) que en el reporte le dije al profesor con la mayor sinceridad que su libracho sólo servía para limpiarse el culo (con el riesgo de escindirse el ano con las hojas rugosas) y que me había sido imposible concluir la lectura porque sentía que por cada palabra que leía se me tostaba una neurona y que para el caso mejor era beber acetona. Le dije que un paradigma que el libro jamás me ayudó a superar es mi idea de que los libros de superación personal son una mierda. El profesor lógicamente se ofendió al leer mis palabras de hereje en contra del libro que lo iluminó y por poco me anda reprobando, porque ¡cómo es posible que alguien te escriba una crítica en vez de entregar un resumen como indicaban las instrucciones!, pero el pendejo se chingó y jamás tuve que repetir ese curso de mierda. En compensación de aquellos minutos de lectura inútil, cuando recibí mi ensayo de vuelta me cagué de la risa, porque el pendejo del profe me anotó que esas no eran tareas de cantina como para que yo usara un vocabulario tan soez, que sentara cabeza como el universitario que era y que si se había pedido un resumen no podía entregar lo que se me pegara la gana. JAJAJAJA.

Hubo, sin embargo, algo favorable en leer esos 20 indeseables capítulos. Entendí que los libros de superación personal no sólo están destinados para débiles mentales, sino que los lectores primordiales son gente más peligrosa: mentes tan perversas como poderosas. Me refiero a que estas lecturas son gran parte de los sagrados textos de cajón de políticos, economistas y publicistas. Si hiciéramos una tomografía vertical de sus cerebros, encontraríamos una zona ajada cerca del bulbo raquídeo con presencia avanzada de retraso mental. Esta zona, del tamaño de un gajo de toronja, se estimula con la lectura de textos de autoayuda y genera en el sujeto la sensación de conocimiento e iluminación sin que se lleve a cabo la sinapsis; por otra parte, ocupando una tercera parte del resto de la masa encefálica y con presencia predominante en el hemisferio derecho, encontraríamos un avanzado estado de descomposición de las células neuronales y una corteza cerebral deteriorada y podrida, que paradójicamente, presenta una actividad descomunal. Esta gran zona, de color negro desteñido, tras el estímulo provocado por la lectura de textos de autoayuda, tergiversa las impresiones sentimentales del sujeto, desvanece sus límites morales y neutraliza la conmoción de culpa y arrepentimiento. Al igual que un pinchazo de heroína, los libros de superación personal generan un estado de dependencia en el sujeto, estado que aumenta de acuerdo al volumen de lectura y provoca un deterioro progresivo de la zona ennegrecida de la masa encefálica.

Leyendo y memorizando estas basofias, los buitres capitalistas se las arreglan para justificar todas la chingaderas que nos hacen. Se purifican individual y estructuralmente. Además, logran recontextualizar teorías financieras y políticas económicas dentro de un molde metafísico de almanaque que nada tiene que ver con la realidad: progreso, marketing internacional, análisis DOFA, circunspección, logística empresarial, dios, propiedad intelectual, ganar ganar, E-commerce... Su fanatismo e idolatría por abstracciones de fenómenos que inciden directa y sistémicamente en el mundo nos está llevando a todos a la chingada. ¡¡¡Capitalistas neoliberales de mierda, los odio con todas mis putas fuerzas!!!

Por último, tengo que volver al punto de partida de esta cavilación. La razón por la que me vi frente a frente con el mentado libro que hallé en la cocina (y no me refiero al de Foucault) fue el título, que me llamó la atención: EL 11° MANDAMIENTO: EXPORTARÁS. El mero nombre me anticipó bastantes cosas. Religión y mercadotecnia aplicada a las relaciones internacionales. Yo ya sabía que nunca llegas a nada bueno cuando comienzas a mezclar mierda con mierda, o sea, menos por menos no da más fuera del contexto de las matemáticas, por el contrario, da mucho menos. Para variar, el mierda de Eduardo Reyes es un beato que adora a dios (quien viene incluido en los agradecimientos, junto con otros crápulas estrategas del comercio exterior, “cuyo esfuerzo no ha sido en vano”), pero sobre todo adora a la humanidad. Ay, mi vida, nos adora a todos, hay que darle las gracias. Su libro, es, según él, “[una] contribución pequeña, pero si ésta se suma a la contribución de todos los comprometidos con la vida, seguramente nos ayudará a tener un mundo mejor” Hijo de tu puta madre, si quieres un mundo mejor métete el libro por el culo y evita que alguien lo lea. O sea, para mi es imposible entender cómo alguien comprometido con la vida celebra al mismo tiempo las ideas, los mecanismos y los organismos que la niegan.

La cosa es que memos con doctorado como el Sr. Reyes, a partir de ese discurso de mejorar como personas, sin más, dotan a las empresas de cualidades y virtudes y pretenden dejar entre renglones que actualmente sufrimos un sistema que se llama capitalismo y todo lo que esto implica. Sr. Reyes, con su permiso, me voy a mear sobre su ridícula tesis: la actual tendencia a la exportación (y la renuencia de muchos productores y comercializadores hacia ella) no responde a ningún mandato divino ni a ninguna visión proyectiva de empresarios pioneros. Pamplinas. Está olvidando que lo político y lo económico están ferozmente engarzados. Da la coincidencia de que el capital, en su incesante búsqueda histórica para multiplicarse, ha encontrado hoy un nuevo patrón de reproducción: la exportación. ¿A poco no le dieron clases de marxismo en Harvard? Ya decía yo. Luego están las políticas económicas, instrumentos para soportar el patrón vigente de reproducción del capital. Estas políticas económicas sólo pueden ser aplicadas desde el Estado, aunque originariamente nacen en los focos acumuladores de capital que emplean su hegemonía y hallan eco en Aquel. Los Estados pues, firman tratados de libre comercio, compran mercancías en países donde el tipo de cambio es más barato, eliminan aranceles, subvencionan al campesinado para que venda sus productos a un costo más bajo, migran maquilas al tercer mundo donde las desregulaciones son pasadas por alto, usurpan hasta la muerte regiones naturales enteras y, por supuesto, golpean al mercado interno de las naciones dependientes, asalariando la fuerza de trabajo. ¿Dónde quedó diosito, dónde quedó la competitividad en la aldea global, dónde quedó el queso gruyère del ratón? Sr. Reyes, usted entenderá que su buffette internacional vale un pito dentro de este modelo de acumulación. Con o sin usted, las exportaciones continuarán hasta que se encuentre un patrón de reproducción del capital más redituable. ¿Está claro? Ah, chingá, ¿y por qué coños te comencé a llamar de usted? ¡Vete a la mierda, hijo de puta!

Bueno, bueno, creo que ya es momento de compilar los posts de este blog apestoso y publicar un best seller que se llame “Cómo ser feliz en tiempos neoliberales.” ¿Qué editorial se aventaría a publicarlo? Chance y Selector.

Saturday, November 11, 2006

Rock para el capitalismo sustentable



¿Sabías que existe algo peor que Allison y Belinda? Correcto: escucharlos tocar juntos. ¿Y sabías que hay algo todavía más nefasto que escucharlos tocar juntos? Correcto: escucharlos juntos ejecutando un cover de Shakira versión punk. Puta madre, ojalá y esto sólo fuera un invento de mi mente podrida que aunque se deleita revolcando mierda, jamás se atrevería a hacer públicas semejantes perversiones. Pero lo jodido es que esto sí pasó de verdad y es que hay un niño creativo que tiene su oficina en New York y que recibe un sueldo millonario por descifrar la manera de seguirle vendiendo mierda a los consumidores (y entonces dijo ¿por qué cucha no hacer que esos pendejos se echen una de la nalgona de Shakira? y sus chiefs (gordos de mierda que salivan al imaginar que sus billetes se multiplican) encontraron increíblemente sagaz la propuesta y le hablaron a los de Bellison y les dijeron órale, niños, sáquense la nueva de Shakira pero con más power, y los de Bellison se sacaron la nueva de Shakira con más power, pero como hay de powers a powers, la verdad es que el cover les quedó tan mierda como la canción original, algo que tiene sin cuidado a los chiefs, ya que saben muy bien que un fan cautivo del mainstream es sobradamente pendejo to go crazy con cualquier cover, por más mediocre que sea). Aquel niño creativo, que tiene la cara tachonada de granos, entiende perfectamente que para innovar todos esos churros estilo los grammy en los que siempre premian a los mismos dinosaurios, hay que recurrir a los peleles que están de moda pa que el evento venda.

La cosa es bien sencilla: invéntate cualquier mamada que la gente no se espere y que esté dentro de las posibilidades musicales de los peleles, algo que implique, por supuesto, más ventas y ya eres una mina de oro para la industria. Verás como los ejecutivos de Viacom y RCA mandan a su cazadores de lo “cool” (ver NO LOGO de Naomi Klein) a tu puerta ofreciéndote puesto vitalicio y vacaciones de verano en Ibiza a cambio de tu cabecita indomable.

O bien, si de plano ya estás metido entre los peces gordos que mueven la moda de la música, ten en cuenta la siguiente guía que nos proporciona Ronald Duchin y sabrás la forma de emplear a tu favor ideologías que de entrada se te presentan como amenazas pero que con un poquito de pasta, tómalo como un inversión, podrás venderlas más tarde con copyright bajo tu sello:

Los activistas caen dentro de cuatro distintas categorías: ‘radicales’, ‘oportunistas’, ‘idealistas’ y ‘realistas.’ [La estrategia en 3 pasos consiste en] (1) aislar a los radicales; (2) ‘cultivar’ a los idealistas y ‘educarlos’ para convertirse en ‘realistas’; entonces (3) cooptar a los ‘realistas’ para que lleguen a acuerdos con la industria. Los ‘realistas’ deberán recibir siempre la mayor prioridad en cualquier negociación estratégica sobre los problemas de políticas públicas... Si tu industria logra consolidar con éxito estas relaciones, la credibilidad de los radicales será perdida y podrás contar con los oportunistas para que participen en la solución política final.

Bueno, ahora que ya sabes como está el pedo, regresemos a mi desdichada suerte por haber presenciado aquella mezcla de talentos sin previo aviso. Fue deprimente ver tanto derroche de varo y recursos en un evento tan fútil, en un simulacro tan descarado de la realidad. A fin de tener algo de que sostenerse, la sociedad del espectáculo ya se conforma con cualquier chingadera; con toda esa bola de subnormales que fueron al Palacio de los Deportes para ver a su banda favorita, los Allison tenían la jeta de que no se la creían. O sea, ¿qué más puedes pedir cuando te dan chance de cerrar una ceremonia del calibre de los Video Music Awards de MTV y tienes el honor de que Belinda cante a tu lado? Al pendejo de Erik hasta se le formó una gotita oscura de semén en los pantalones. El cabrón estaba volado, se vino mientras interpretaba el cover más espantoso que jamás se haya escuchado en toda la historia de la humanidad. Los Allison se paseaban por la plancha cual modelo de E! en Milán con todo y coreografía marica y la pelandruja de Belinda dando de saltos y soñándose Shakira. ¡No mamen cabrones, ni cómo tomarlos en serio, ni cómo respetarlos! (por cierto, que yo recuerde, nadie respetaba a Allison desde que iniciaron su trayectoria musical en el Multiforo Alicia). Es entonces cuando te das cuenta de lo aventurado que es afirmar que la brillante audiencia de MTV algún día podrá desarrollar una pizca de exigencia, sino de capacidad inquisitiva. Por mi parte, me arrepentí de haber prendido la televisión y confiado en que el zapping es una estrategia fiable para tropezar con algo medianamente bueno, así que apagué la televisión, la desconecté y la tiré a la basura. Luego la rocié con gasolina y le prendí fuego.

Haber sido testigo de aquel experimento de aquellos titiriteros hijos de puta fue como si me hubieran pateado las bolas y no lo iba a tolerar ni una vez más, pero bueno, mejor aquí le dejo que tengo que apurarme para llegar a tiempo al Corona Fest y ver a Fobia.

Wednesday, November 01, 2006

El pueblo unido avanza sin partido, y de cómo se le puede sacar beneficio a la situación en Oaxaca con el patrocinio de un símbolo



Ayer se programó una marcha del Hemiciclo a los Pinos. Cuál fue mi sorpresa al llegar, cuando vi un chingamadral de gente. Había tal vez el triple de personas que se habían movilizado el domingo y el lunes. Y de pronto vi ondeantes banderas amarillas con un sol negro y un pinche podio móvil con super sonido como de a protesta de lujo, escuché mentadas de madre a Fecal y porras pro-Peje y entendí que el muy mierda del Peje-oportunista había aprovechado la coyuntura y había convocado a los simpatizantes de la CND a que marcharan en repudio a la entrada de la PFP en la capital de Oaxaca.

Evidentemente le conviene asumir esa postura. Debido a que el PAN ha pactado con el PRI apoyar a Ulises Ruiz a cambio de que Fecal asuma la presidencia en un clima político sosegado y con carpetita roja y bufones, el Peje y el PRD se han colgado de esa negociación para evidenciar los intereses de la clase política. Pues sí cabrones, pero ustedes también están metidos en esos putos intereses y en esa clase política enmierdada. O qué pedo, ¿por qué se limitan en las cámaras a “exhortar” a Ruiz a que renuncie por sus propios huevos, en vez de usar su ingerencia como diputados y senadores? Se etiquetan como izquierdosos para que sus simpatizantes se concentren en mítines unilaterales esperando la siguiente orden pero son igual de pinches capitalistas que el más duro de la derecha y, mientras exprimen el limón de la plusvalía hasta la última gota, los que pagan estos trámites son el pueblo, llámese APPO en este caso; del PAN y del PRI no hay nada que decir, son unos descarados de mierda que ya ni se toman la molestia de disfrazar sus deseos masturbatorios.

Carajo, ni debería hacer hincapié en los medios porque esto ya era de esperar, pero ayer en el noticiero nocturno del canal 11 le dedicaron a la “marcha” quizás unos 25 segundos tiempo aire, y digo “marcha” porque de esos 25 segundos, 23 fueron una toma estática del discurso escuálido del Peje en su podio de primera, 2 de una ñora con su camiseta de AMLO presidente y sanseacabó. Tal vez Adela Micha se tomó un poco más tiempo para tratar de hacer ver al Peje como un pendejo insurrecto, pero me harté y apagué la caja idiota.

Pareciera que estoy todo amargado por lo de ayer, pero en realidad me siento bien feliz porque la marcha sin comillas, la otra marcha, estuvo de puta madre y ya he descansado mis piernas del largo recorrido. Lo que hicimos fue dejar a Peje cacareando y formamos un contingente en dirección opuesta. Nos metimos a Reforma y avanzamos cantando y gritando consignas incendiarias. Cerca del ángel nos alcanzó un grupito de pefepos esperando la provocación, pero en vez de eso los hicimos mierda con la palabra: El tira consciente, se da un tiro en la frente / Con casco y sin casco, los tiras me dan asco / Los policías, no son trabajadores, son el brazo armado, de los explotadores / Ay policía, que lástima me das, teniendo tú las armas, y hasta las nalgas das / El tira y su relevo, a mi pela un huevo / Al policía, le quedan dos caminos, estar con el pueblo, o ser sus asesinos / Estudiar y aprender, para tira nunca ser ... Y cuando los culeros se nos adelantaban, tomábamos aire y nos echábamos a correr hasta alcanzarlos mientras gritábamos ¡El último es tira!, ¡El último es tira! en vez del común ¡El último es Ulises!

Al final la marcha se volvió toda festiva porque unos compañeros que llevaban su guitarrita de charanga y su flauta comenzaron a tocar música bien buena y hasta se les unió un bonguero. Los granaderos nos cortaron el paso delante de Auditorio y no pudimos llegar a los Pinos donde seguramente Fox estaba cogiendo con Abascal, pero cada contingente se plantó en la continuación de Rubén Darío y decidió las acciones para los días siguientes. Si en algún momento te topas con una hilera de 5000 personas o te toca congestionamiento porque hay movilizaciones, no te emputes, mejor agarra el pedo y únete a la protesta.