Monday, April 17, 2006

Canonización del Beato Gulmaro

(ántes de leer esta entrada se sugiere checar primero la que se posteó el 13 de abril "Encuentro con el resucitado")

Estos días de semana santa decidí hacer algo más provechoso que pasarme las vacaciones en la playa más culera del mundo (exactamente, me refiero a la percudida bahía de Acapulco). A raíz de mi encuentro con el resucitado el miércoles pasado mejor opté por confrontar mi ateísmo y me inscribí a la "75 va selección de jovenes bienaventurados", concursando por un cacho del cielo con todo y parcela para así asegurar el futuro de mi alma inquieta. Tuve tres días para conseguir pasar la prueba del egipcio. Como tenía resaca el jueves en la mañana me levanté hasta las 2 de la tarde y por poco y no lo logro. Regresé de Israel el sábado por la noche, casi a la hora del corte para la recepción de la ofrenda y un arcangel de mierda ya me la andaba haciendo de pedo que porque la cabeza era según él de un turista de Sudán y no de Egipto. Por suerte todo se aclaró y el arcangel se fue todo emputado.

Pues les tengo una buena noticia. A diferencia de los concursos patrocinados por el gobierno que tardan como cuatro meses en organizar la ceremonia de premiación y juntar el varo para los estímulos, anoche ya se tenía todo listo para presentar los resultados e iniciar con la beatificación, y ¿qué creen? Fui elegido como uno de los cuatro finalistas. Ahora soy santo. San Gulmaro, y eso que toda la vida me he portado como un culero. Cuando nos tomaron la foto apareció Jesús y yo le pregunté cómo le había ido después de la peda. Primero no me reconoció y hasta que le mencioné algunos detalles de esa noche me dijo: "Ah, claro hijo mío, ya recuerdo, ya recuerdo... Tsss, no mames, me fui de su casa y entonces andaba esperando un micro en la parada y me quedé jetón. Todavía estaba pedo. Luego me despertó el flash de un cabrón con pelo chino que me tomó una foto y echó a correr al darse cuenta que abría los ojos. Ya el sol estaba bien arriba y yo tenía que estar en Iztapalapa a las 8. Así que tomé un taxi. El chofer me reconoció y nos fuimos charlando todo el camino, él trataba de tranquilizarme. Cuando estábamos cerca del destino el chofer, algo apenado, me dijo que me había vomitado encima toda la camisa y me ofreció su playera. Normalmente no la hubiera aceptado pero iba a dar una mala impresión de los cristianos si me presentaba así de sucio. La tomé y el bueno del chofer se largó con la panza desnuda. No me cobró".

Después de las fotos y la entrega de diplomas nos pusimos a chupar. Un niño negrito que también fue canonizado nunca había probado la cerveza y se puso pedísmo. Empezó a convulsionarse en el suelo. También Jesucristo agarró una jarra como la de la otra fiesta. Y nuevamente se vomitó encima. Al final sacaron un barril de la mejor cerveza del cielo. Yo estaba bien emocionado aunque a la mera hora fue una decepción. La mentada chela no sabe tan culera como la Sol pero he probado otras mil veces mejores. Desperté en un sofá. Fui a mear y me largué. En el camino iba pensando que ésta era una historia maravillosa para contarla en el blog. Una historia digna de la venganza de los malditos. Es más igual y hasta convendría cambiarle el nombre a la venganza de los benditos. Aunque suena medio culero.

Thursday, April 13, 2006

Encuentro con el resucitado


Andaba el miércoles en una fiesta. Todo transcurría sin incidentes anormales, un reven como cualquier otro. Yo andaba dándole a la cerveza desde muy temprano y me resultaba difícil coordinar mis movimientos. Ya casi daban las 12. Algunos amigos bebían un tinto de pésima calidad. Además había curado de piña y de guayaba y galones de chela. La música era excelente, todos cantaban al unísono o bailaban desaforadamente o se masturbaban o hacían las tres cosas al mismo tiempo. Entonces me entraron ganas de mear y le dije a mi chica: “oye, voy a mear” y ella me dijo que fuera con cuidado y que no me tardara mucho.

Para ese entonces el baño de caballeros no era otra cosa que la pared cubierta de enredaderas en la parte trasera de la casa. Me saqué el pene y comencé a mear. Los meados que rebotaban en las hojas y el pasto reflejaban el brillo azul de la luna. Fue una larga meada. De pronto alguien me tocó el hombro y yo sin voltear dije: “aguanta carnal, todavía no acabo”. El muy hijoputa no me soltaba así que seguí meando, eso sí, con desagrado. Cuando finalicé de sacudir las últimas gotas ya estaba dispuesto a decirle cuánto me cagan los malacopas que no te dejan echar una meada en paz, pero nomás me volví a verlo quedé atónito. Era Jesucristo. No sabía qué conchas hacía ahí Jesucristo pero me fue imposible articular palabra alguna, la baba me escurría por los labios. “Hijo mío, ¿qué le pasa a los hijos de Israel?”, me preguntó. No le pude responder. “Hijo mío, ¿qué es lo que celebran?” No le pude responder, sólo me salían unos sonidos de leporino gangoso con vidrios en la tráquea. “Mi querido hijo, veo mucha maldad en ti y en tus hermanos, creo que me han olvidado, creo que ya no leen los testamentos ni acuden a los templos y leen demasiado al viejo Bukowski y oyen sin reflexionar a Choking Victim.” Era demasiado, me arqueé y me puse a vomitar sobre sus sandalias. Luego creo que me quedé jetón sobre el pasto.

Me despertó mi chica y yo le dije: “¡Erizabezu, Erizabezu, vi a Jesucristo y le vomité los pies!” Y ella me dijo: “Oye, cálmate, ya sé que viste a Jesucristo, está ahí enfrente con nosotros y hasta anda chupando, el tipo es buen pedo.” Así que fuimos de vuelta y nos reintegramos a la peda. Todos los recipientes que tenían curado o cerveza ahora rebozaban de vino. Cristo ya había comenzado a hacer sus trucos, quería ser la atención principal de la reunión. Todavía algunos fieles al pulque le decían: “Chale Jesús, por qué no piensas en los demás, a nosotros no nos gusta el pinche vino”, y entonces Jesucristo sacó una bola de periódico de su bolsillo y les dijo: “No se quejen que también traigo un poco de mota”. Creo que ya no había inconformes, todos estábamos muy felices. La fiesta estaba en su clímax, todo el mundo borracho y drogado, incluido Jesús que andaba hasta el pito y se había manchado de vino toda la camisa y roto un par de botellas.

Como a eso de las 5 de la mañana Jesucristo hizo un anuncio: “Hermanos, quizás algunos de ustedes ni lo sepan pero estamos en Semana Santa, y pos sí, la neta es una joda, pero tengo que ir a ver qué pedo con los fieles” Todos nos pusimos tristes con la noticia porque Jesús andaba contándonos unas anécdotas de puta madre. “No te vallas, aguanta una hora más”, le decíamos. “No, no, no. De verdad, ya se me hizo tarde y se me está cociendo el cerebro, tengo una resaca del carajo y una jeta que hasta se va a asustar la Vírgen María.” Resignados, le dimos a Jesús un Alka Seltzer a ver si se le bajaba la resaca y nos despedimos calurosamente. Un buen tipo, en serio. Alguien sacó una cámara y nos tomamos fotos con él. Ya en la puerta Jesucristo dijo unas últimas palabras: “Creo que no me la había pasado tan bien en los últimos 2006 años, mil gracias. Supongo que me voy a emborrachar más seguido y ya hasta estoy pensando en jubilarme porque esta chambita está de hueva y consume todo mi tiempo recreativo. Ah, por cierto, si quieren ganarse un terrenito en el cielo se abrió una convocatoria para canonizar a alguien merecedor del título. Lo único que tienen que hacer es irse parados de manos hasta Jerusalén, matar a un turista egipcio y traer su cabeza de vuelta antes de que inicie el Domingo de Ramos. Así de fácil. He de decirles que la mejor cebada es la que se cultiva en el cielo, palabra... Pues hermanos, yo me voy y hasta siempre.” Jesús se dio la vuelta y caminó hacia la avenida. De pronto un carro hecho la chingada pasó y por poco lo arrolla. Jesucristo le pintó dedo y le gritó: “AH, HIJO DE TU PUTA MADRE, QUIÉN CHINGAOS TE CREES SÓLO POR TENER ESA MIERDA DE COCHE.” El pinche Jesús todavía andaba pedo. Giró en la esquina y desapareció. Un gran tipo, me cae de madres.

Luego nos fuimos a dormir a los sillones. Ya estaba apunto de caer muerto y le dije a mi chica: “¿Oye Erizabezu, no te sonó bien eso de la cerveza sacrosanta, ha de estar chida?” “Yo creo que sí, pero ¿a poco te vas a aventar a pasar la prueba?”, me dijo. “Puede que sí, puede que sí”, le respondí.

Monday, April 10, 2006

mala biografía



No Etika!: el antecedente


Para comprender a Mal Vasallo es necesario volver 3 1/2 años atrás, cuando cuatro chavalos skatos de Atizapán deciden formar una banda de ska-punk para expresar su inconformidad con el sistema. No Etika! se bautizaron y efectivamente consiguieron desenmarañar el tejido social para exponer toda la mierda moral en la que se sustentan las relaciones de poder. Los primeros años no fueron algo fácil, porque se las tuvieron que arreglar para conseguir los instrumentos y para aprender a tocar algo decente, pese a que sus letras fueran indecentes. Besos (a partir de ahora, le llamaremos Besos) le pegó a la bataca; Luis (a partir de ahora, le llamaremos Rata) decidió tocar la guitarra (actualmente sólo tiene su guitarra, su patineta y un gran corazón: es toda una rata); Bruno tocaba el bajo y Roque tocaba la guitarra principal.

Hubo un progreso a lo largo de esos años. Compusieron una buena suma de canciones, algunas tan buenas que hasta Mal Vasallo adoptó dos: Hey tú! y Remueve lo estancado. También tocaron en vivo en algunas fiestas degeneradas (entre ellas el por todos conocido Gálvez Fest) y hasta grabaron un video de corte pacifista. Incluso un día que Stza Crack andaba de viaje por el país, les cayó al cuartito donde ensayaban y se echaron unos palomazos. El ensayo fue un desastre y mejor se pusieron a inflar y a drogarse...

Bueno, la verdad es que no todo iba bien. Aunque sus habilidades musicales las desarrollaron notablemente, nunca pudieron hacer nada respecto a la puntualidad y la responsabilidad. De hecho lo que lograron hacer no fue tanto por disciplina, sino porque eran tan vagos que tiempo les sobraba. Hubo rotación en los instrumentos. Como Bruno consiguió una chamba de tiempo completo, Rata trataba de tocar el bajo pero se cansaba enseguida. También por razones laborales Roque se alejó, aunque la verdadera causa fue que tenía que ir a coger con su novia las 24 horas. Cada vez ensayaban menos. Aunque el final de la banda legendaria que nunca hizo leyenda estaba próximo, Besos y Rata prometieron seguir ensayando. Igual y hasta podrían hacer una de esas bandas neoposcontemporáneas de dos integrantes.


Liberación animal: una coincidencia nada casual

Ah, no les había dicho que Rata y Besos estudian sociología. Pues un día se organizó una práctica de campo para visitar la comunidad de Sontecomapan en la reserva de la biosfera de Los Tuxtlas, Veracrúz, y Rata que siempre se ha interesado por la situación rural decidió lanzarse. Ahí se topó con Enrique (a partir de ahora, le llamaremos Guamafune) que aunque estudia diseño gráfico, tiene un sociólogo escondido en su interior. La primera tarde mientras comían se enteraron de que ambos coincidían en su vegetarianismo. Y no sólo eso, sino que Guamafune tocaba el bajo y no conseguía formar una banda. A los dos les gusta Propagandhi. Los dos odian a los racistas. Los dos se cagan en dios ¿Qué más faltaba? Así que regresando del viaje decidieron ensayar, a ver que pedo. Fue un éxito, pese a que sólo le dieron Guama y Rata. Rata pensó que Guama con su barba de apóstol era la luz que reanimaría aquel proyecto en declive, la soya que contenía la bomba proteíca. Pero todavía faltaba más. Un par de días después, nuevamente reunidos para una expedición a Sontecomapan, apareció Edmundo, que si ya vieron las fotos de la banda, no cabe duda de que es Jesucristo. Edmundo (a partir de ahora, le llamaremos Rancio) iba proponiendo un proyecto de recuperación de la sensibilidad y demás cosas de hippies. Otro de sus planes era formar un banda, les dijo. Él cantaba, bueno, quería cantar. Ora sí estaba todo listo. Cuando se juntaron los cuatro para ensayar por primera vez parecía que ya llevaran tiempo tocando juntos, pero eso fue a finales del 2005. Cuatro vegetarianos, cuatro anarquistas, cuatro amantes de la música, cuatro mal vasallos. Cuando los juntas eso es lo que pasa.


Ora sí: Mal Vasallo

Los ensayos eran bien que mal frecuentes. Claro que siempre empezaban una hora o más tarde, porque los cuatro son unos impuntuales de mierda. Luego luego empezaron a componer. Igual que para No Etika!, los covers nunca fueron el eje central del proyecto. Luego surgió un pedo porque Rata se quedó sin guitarra, más bien sin la guitarra de su compa el Roque, que era con la que ensayaba. Decía que la de él estaba oxidada, que se le habían jodido las pastillas. Estuvieron parados por un mes porque Rata siempre encontraba una excusa para no ir a arreglar su guitarra. Siempre ha sido una rata. Entonces les cayó una tocada que Guama y unos compañeros de la UAM Azcapo organizaban como parte de un foro/protesta por la liberación animal en la cafetería de la universidad. Más bien parecía que no iban a tocar pero dos días antes Rata les habló para avisarles que ya estaba la guitarra, que sólo le habían cambiado la cuerdas y la habían octavado. El día del foro pretendían ensayar temprano pero como se fue la luz se movieron en seguida a tocar. Fue una buena tocada, se las arreglaron para que nadie notara que llevaban un mes parados. Se presentaron como Peleando a la Contra, pero luego cambiaron el nombre a Mal Vasallo.

Cayeron más tocadas, sobre todo en fiestas de sus compas. En diciembre casi se ahoga el Rancio en la playa, y por segunda vez (contando el mes de la guitarra de Rata) el futuro de la banda peligró. Pero últimamente los vientos neoliberales no han surtido efecto en ellos: en lo que va del 2006 los invitaron a tocar en el festival Vive le Rock!, en un Foro Zapatista organizado por alumnos (incluidos los Mal Vasallo) como parte de la Otra Campaña en la UAM, y en el centro cultural El Atrio. Esta tocada estuvo buena, porque por primera vez el público se animó a bailar slam, bueno no todo el público, sólo tres compas de Guama, pero algo es algo. Aunque he de decirles, nada como la tocada más reciente, un toquín múltiple con las bandas Muertos Vivos, Pisando Mierda, Avemaría Putísima y los ancestrales y solidarios Ramomex en el barrio de La Blanca, allá por Barrientos; los Mal Vasallo hicieron bailar a un centenar de skinheads y punks en algo próximo a un pandemónium. Fue una locura.

Lo chingón (para algunos), lo culero (para otros) es que en todas sus tocadas Mal Vasallo no se limita a tocar y ya. Siempre andan de activistas y ni quien los pare. Reparten trípticos, pegan datos y consignas en el escenario, leen fragmentos de autores contestatarios. También parece que tienen que tocar ya pedos. Rancio, siempre con su pulque, Rata y Guama con su cerveza y el Besos con todo eso y más.

Monday, April 03, 2006

Sobre el progreso



Los positivistas pueden afirmar que actualmente el horizonte de las telecomunicaciones ha sido sobrepasado y alcanzado una nueva dimensión, que estamos en una época en que los desarrollos tecnológicos crecen exponencialmente, que en 30 años las máquinas podrán procesar el mismo número de operaciones que hace el cerebro humano cada segundo, que en 40 años cada máquina procesará el mismo número de operaciones que resulta de la suma de las que hacen los cerebros de toda la humanidad simultáneamente. Pues estas predicciones no son la trama para la próxima película de disney, de verdad, no son tan descabelladas. Si volteamos atrás, en este último lustro se han inventado más cosas que en los últimos 50 000 años de esplendor del homo sapiens. ¿Cuántos pinches siglos para descubrir el fuego, para que hoy vayas y te compres un iPod que pasado mañana vas a tirar la basura porque ya sacaron uno más cabrón, uno que hasta hecha fuego, y por favor evítate la desdicha de que alguien te vea con una mierda obsoleta de esas?

Parece lógico que al ritmo que va la cosa, suponiendo que Mr. bush no puche el botón de fire, algún día la humanidad "consuma" su capacidad cognitiva y produzca cerebros artificiales. Y los fieles a la modernidad que siempre pecan de ver las cosas con unilateralidad dirán: "Felicidades, por fin hemos superado ese peso bíblico del miedo y la obediencia. Primero dominamos a la naturaleza a los animales a las flores, les impusimos nuestros intereses violándola enjaulándolos cortándolas, nos los chingamos. Ahora hemos torcido al barbón. Tenemos el poder y la voluntad. El fin de la historia."

¿El fin de la hitoria? ...y una mierda. ¿Qué pedo, que no se acuerdan que Copérnico dijo que la Tierra gira alrededor del sol y no al revés? El esplendor de la ciencia y no se quitan de la cabeza ese pinche antropocentrismo que me provoca ganas de vomitar sobre sus diplomas. Como si la dinámica del universo se congelara porque unos humanoides han creado una masa encefálica con cables. Como si las teleologías fueran comunes, como si fueran universales, como si la realidad concluyera en ese punto. Esto sólo se justifica en el desencanto del mundo, en una capa virtual que envuelve a lo natural. A fin de cuentas el crimen perpetrado a la otredad del que habla Baudrillaurd.

Además de creerse esas pendejadas andan parloteando que el progreso y la chingada. O sea, el progreso últimamente se justifica por los fines (y eso suponiendo que se haya concebido un fin previo a la invención), lo cual conlleva no sólo a que haya un reparto desigual del conocimiento y las técnicas o de que se mantengan las relaciones de producción y reproducción dentro de ese proceso, sino que consume salvagemente los recursos y los supedita a deseos e intereses particulares. Estos nos pone en la madre a todos, no hace falta decirlo. El progreso va en detrimento general cada vez más y más, una victoria a cambio de tres derrotas. Su avance es tan precipitado que se acerca al límite sin tiempo de frenar. Un progreso al precipicio como canta Mal Vasallo: "Ya el mundo no soporta más, hemos triunfado sobre él. Y nuestra triste humanidad, camino va hacia la muerte."

No sé, si el progreso es el exterminio y la ambición por el poder es la razón que muve todo, antés de acabar con más especies y ecosistemas podríamos recapitular sobre el papel de la televisión, el medio de las masas por excelencia. Recuerden que la tele tiene más de cien años de vida y todavía sobrevive entre las innovaciones cotidianas, si no está cada vez más presente. A lo que voy: si hablamos de exterminio, además de acabar con los conos y bastones de tus ojitos, ya no hablemos de las neuronas cada vez que te crees las mamadas que andan diciendo Adela o el nazi de Alatorre, la televisión es un exterminio masivo de individualidad, actividad e imaginación. Sólo genera alienación; si hablamos de ambición de poder, no hay de qué preocuparse, existen los controles remotos. No por nada se llaman así, controles. En España le dicen el mando. Claro, la gente puede satisfacer sus deseos de poder con un control remoto en la mano. Tiene el poder de decidir qué ver, si a Pati Chapoy o La Oreja. Ojalá y en ese caso mejor le pasen al 11 o al 22. Pero si prefieren seguir viendo el resto de programación chatarra (el 91% de la programación, según mi estimación) de menos los hombres de ciencia no van a andar experimentando con roedores y gatos para satisfacerte con un nuevo salto tecnológico. Que sea así, o bien, si tenemos la intención de cambier esta situación, si queremos en verdad hacer un progreso y plantarnos contra ese otro progreso que prevalece, podemos empezar dándole de patadas a la pantalla de nuestras televisiones hasta que revienten.